Sus inicios en el arte están íntimamente ligados a la hermosa villa Trinitaria donde transcurrió toda su infancia y gran parte de su adolescencia.
Todo comenzó en serio cuando un buen día el magnífico instructor de teatro Pablo Dalmau, colocó tanto en Néstor como en la conocida y talentosa actriz Luisa María Jiménez, su hermana, la semilla de la actuación, invitándolos a formar parte del grupo de teatro de aficionados, en el que participaron en los buenos e inolvidables festivales de la FEEM de aquel entonces, llegando a obtener premio en el Festival Nacional que se efectuaba en la Ciudad de la Habana lo que les valió presentarse en la afamada sala Hubert de Blanck, todo un sueño casi increíble para aquellos niños que ya estaban decididos a hacer actores. Con la cabeza llena de fantasías, hechizados por la pasión, y con una idea infantil de lo que es un actor, lograron alcanzar el primer gran sueño: A los 17 años entraron en la Escuela Nacional de Arte en la especialidad de Artes Escénicas.
A fines de los años 1970 del siglo pasado y como anticipo del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de 1978 surgió un programa de televisión juvenil que hizo época: Para Bailar. Los productores reclutaron jóvenes con humor, frescura e iniciados en las lides actorales entre otros ganchos y de esa fragua salieron excelentes actores como Alberto Pujols, Salvador Blanco, Lily Rentería, Cary Ravelo y Néstor. Pujol, Ravelo y él quizás fueron los mejores, pues eran más persistentes y además poseían el don de asumir cualquier género con éxito. Néstor descolló por un perfecto manejo de la emoción, que podía descargarse tanto en situaciones dramáticas o de franca hilaridad. De presencia sólida a resultado durante su carrera artística una garantía en cualquier casting.
Su rol de "El Chino", en la película cubana Zafiros, locura azul lo consagró; en este papel pudo trasmitir toda la angustia, complejidad y riesgo de una personalidad tan contradictoria como la del estelar cantante de aquel legendario quinteto. Ha compartido el escenario varias veces con su hijo Néstor Jiménez (hijo) desempeñando varios roles, en los que se incluye el de padre-hijo. Un ejemplo es "Con palabras propias".